Las Ñatitas.
La festividad de las Ñatitas es un rito tradicional que se celebra cada octavo día de noviembre en agradecimiento a los difuntos por los favores y cuidados que reciben de estos. Consiste en venerar un grupo o grupos de cráneos en donde la gente las lleva al cementerio. Se conoce que el rito data de la época precolombina antes de la llegada de los colonizadores españoles el rito era realizado con chullpas (restos mortuorios de los curacas fallecidos) las cuales era extraídas de los mausoleos para su veneración cada 24 de octubre. A la llegada de la religión católica se prohibió la práctica de todo rito pagano. El temor de los indígenas a los castigos empleados por la Santa inquision, derivó en que el rito se practicara en secreto. De acuerdo a la concepción andina la muerte del cuerpo no implica la desaparición del "ajayu" (Palabra aymara que significa "ánima", "alma" o "espíritu") que después de la muerte continua ligada al cráneo. Se tiene la creencia que el octavo día del undécimo mes del año, el ajayu regresa al mundo de los vivos para protegerlos y cuidarlos. A cambio los vivos los celebran con misas religiosas, k’oachadas, velas, música, alcohol y cigarrillos. Otros en cambio prefieren una celebración con fiesta, bandas, serenatas. Según la creencia, el festejo y las bendiciones hechas por los vivos a las "ñatitas" son para gozar de su protección durante todo el año.